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Empezar ahora Demostración en vivoLa Organización Mundial de la Salud señala la obesidad infantil como uno de los problemas más graves de salud del siglo XXI. Sorprendentemente, un tercio de los niños de los Estados Unidos tiene sobrepeso u obesidad y este número aumenta cada vez más. Según un estudio publicado por la OMS, se calcula que el número de niños obesos con edades comprendidas entre los cinco y diecinueve años ha aumentado diez veces en las últimas cuatro décadas.
Los padres no suelen ser conscientes de la obesidad en niños e incluso pueden llegar a pensar que están educando niños sanos. Sin embargo, la realidad es que los niños obesos que se desarrollan con sobrepeso tienen más probabilidad de contraer enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos osteomusculares y muchos otros. También son más propensos a tener estrés, depresión y una autoestima baja.
Causas de la obesidad en niños
Los niños cogen sobrepeso por varias razones. Las más comunes son los factores genéticos, la falta de actividad física, unos hábitos alimenticios poco saludables o un conjunto de todos estos factores. El consumo regular de alimentos altos en calorías como la comida rápida, la bollería y el picoteo pueden hacer que tu hijo aumente de peso. Solo en unos pocos casos, la obesidad se produce por problemas de salud como el desequilibrio hormonal. Sin embargo, una exploración clínica o un análisis de sangre pueden descartar la posibilidad de una enfermedad.
Un niño con un historial familiar de obesidad no tiene por qué tener sobrepeso. Los niños cuyos padres o hermanos están obesos pueden tener una mayor probabilidad de padecer sobrepeso debido a los hábitos de la familia, como el tipo de alimentación o la actividad física. En general, la dieta y el nivel de actividad de un niño tienen un papel importante para determinar el peso de un niño. Asimismo, los niños de barrios pobres pueden que no tengan un fácil acceso a supermercados, lo que supondría tener que comprar y consumir alimentos fáciles de preparar, como congelados o galletas.
Hoy en día, los niños pasan mucho tiempo inactivos, pegados a los teléfonos o dispositivos digitales. Por ejemplo, un niño normal pasa unas cuatro horas viendo la televisión todos los días. Con la popularidad de los videojuegos y las aplicaciones de móviles, el número de horas de inactividad puede aumentar. Los niños que no hacen ejercicio son más propensos a aumentar de peso porque no queman tantas calorías.
Algunos factores psicológicos pueden aumentar el riesgo de obesidad en tu hijo. El estrés personal, parental o familiar pueden causar obesidad porque algunos niños comen de más para afrontar sus problemas emocionales, como el estrés o el aburrimiento.
Muchos investigadores han estudiado en gran parte los factores alimenticios por su posible contribución a los índices cada vez más altos de obesidad. Los factores alimenticios más significantes incluyen el consumo de comida rápida, bebidas azucaradas, golosinas y el tamaño de las raciones.
Los niños obesos están en riesgo de estas enfermedades
Los niños obesos tienen mayor riesgo de padecer las siguientes enfermedades:
- Colesterol alto
- Presión arterial alta
- Enfermedades cardiacas tempranas
- Diabetes
- Síndrome metabólico
- Asma
- Problemas en los huesos
- Problemas en la piel (erupciones, micosis y acné)
- Problemas para dormir
- Enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD)
Cómo saber si tu hijo tiene sobrepeso
La mejor manera de saber si tu hijo tiene sobrepeso es consultar con tu médico. El médico tomará el peso y la altura del niño para determinar su IMC (índice de masa corporal). También comparará este valor con los valores estándar.
En la tabla estándar del IMC, los niños entre 2 y 19 años forman parte de una de las cuatro categorías:
- Peso insuficiente: El IMC está por debajo del percentil 5
- Peso normal: El IMC está entre el percentil 5 y el 85
- Sobrepeso: El IMC está entre el percentil 85 y 95
- Obesidad: El IMC está por encima del percentil 95
Cómo ayudar a tu hijo a prevenir la obesidad
Si tu hijo tiene sobrepeso, hazle saber que le vas a apoyar. Normalmente, lo que piensa un niño sobre ellos mismos depende mucho de lo que piensan también sus padres sobre ellos. Esto quiere decir que, si tú aceptas a tu hijo con cualquier peso, ellos se sentirán bien consigo mismos. Aun así, es importante hacerles saber que tienen sobrepeso para que así ellos puedan hablarlo contigo. El objetivo principal de los padres debe ser los hábitos alimenticios y la actividad física que realiza la familia.
Si tu hijo está en riesgo de tener obesidad o cuenta con un peso saludable, ten en cuenta las siguientes medidas para tenerlo todo bajo control:
- Comed en familia siempre que sea posible
- Incluye frutas y verduras
- Limita las bebidas azucaradas
- Evita comer fuera, sobre todo en restaurantes de comida rápida
- Si coméis fuera, enseña a tu hijo a escoger opciones más saludables
- Adapta el tamaño de las raciones según la edad de tu hijo
- Limita el tiempo de televisión a menos de dos horas para niños mayores de dos años
- Asegúrate de que tu hijo duerme lo suficiente
- No les premies con chucherías
- No les obligues a comerse todo lo que hay en el plato
- Refuerza la idea de que los niños solo deben comer cuando tienen hambre
Lo más importante es que los padres deben hablar con sus hijos sobre lo que significa comer bien y estar activos. Sé su ejemplo a seguir: come comida sana, haz ejercicio con regularidad y crea hábitos alimenticios saludables en tu día a día. Haz que tu familia y tú os esforcéis por pasar menos tiempo sentados.
Independientemente de qué enfoque quieras seguir para para tratar los problemas de salud, el objetivo principal no es hacer actividad física y llevar una dieta saludable a rajatabla, sino sacar todo el tiempo que se pueda para que tu familia y tú seáis más sanos y estéis más activos.
Aparte de hacer cambios en el estilo de vida, el gobierno y los colegios deben contar con políticas adecuadas que solucionen el problema de la obesidad infantil. Los niños pasan la mayor parte del tiempo en el colegio, por tanto, los colegios deben fomentar la actividad física para reducir el riesgo de problemas de obesidad.