Seamos honestos: es probable que sus empleados le abandonen en cuanto se topen con una oportunidad mejor. No es que usted sea el inocente en este baile para dos. Usted también es un cazador furtivo, lo mismo que yo. Piense en las muchas veces que ha pensado que le gustaría contratar a alguien que tenga:
- Experiencia relevante en el “campo”
- Unos cuantos nombres de grandes empresas en su currículum
- Trabajadores independientes que hayan trabajado con muchos de sus competidores
Afrontémoslo, usted es tan culpable de ello como lo son aquellos que tienen la mira puesta en sus empleados. Usted desea esa información de empresa tanto como la otra persona. Por tanto, es cierto, la gente se irá de las empresas por decisión propia con más frecuencia que por que les despidan.
La cuestión entonces no es cómo retener, la cuestión es a quién retener.
Retener a Corto Plazo
Habrá ocasiones en que un empleado le resulte rentable a corto plazo. Sus habilidades, conocimientos y capacidades serán más efectivas durante un periodo definido. Digamos que usted está trabajando en un proyecto particular para el que son muy buenos, o le ha llegado un gran cliente al que tener contento. Es útil retener a los empleados con habilidades específicas solo durante ese periodo de tiempo. Si se deshace de ellos tendría que formar a alguien más en su área de experiencia. Esto le costaría dinero y un tiempo valioso. Y si está tratando con un cliente que acaba de surgir, no puede permitirse perder tiempo. Quizá sea mejor contar con esa persona en forma de contratos puntuales con los que pueda contar con ellos para realizar una tarea concreta.
Retener los Jugadores Definitivos
Estos empleados son activos para la organización, y somos conscientes… de que encontrar un reemplazo exacto sería todo un problema. Va a tener que retener a esta gente durante mucho más tiempo del que inicialmente había anticipado porque estas son las personas que entienden la naturaleza del trabajo, las tareas diarias y la ejecución. Sobre todo, entienden todo esto en el contexto de su organización, con lo que perderles constituiría sin duda un contratiempo.
Retener a los Impredecibles
Sin duda, siempre habrá unos cuantos empleados que no le parezca que merece la pena retener después de todo. En este caso, va a tener que hacer algo que los agentes de ventas llaman aislar y explotar. Claro que tiene todos los datos de rendimiento en el mundo, pero lo que ha de hacer es mirar a puntos de información específicos en aislamiento para detector de dónde parte el problema. ¿Están creando suficiente valor para la empresa? ¿Superan sus gastos los beneficios que crean? ¿Se han quedado estancados? En casos como este, terminar con ellos puede parecerle lo único que puede hacer, y no le culpamos por ello. Sin embargo, le sugerimos que les haga primero una advertencia. Después de todo, algunas personas trabajan mejor con fechas límite y supervisión. Quizá todo lo que les falte sea algo de motivación para activarles.
La próxima vez que un empleado anuncie que le abandona por una oportunidad mejor, considere si le merece la pena retenerle. Quizá tenga mejores opciones en el mercado.
