¿Es Usted un Jefe Intimidante?

Seguimiento de empleados

¿Sabe qué es peor que recibir una reprimenda de los padres delante de los amigos? Recibir una reprimenda de su jefe delante de sus compañeros de trabajo. Piense en todas las emociones que sintió de niño cuando sus padres decidieron insultarle delante de una audiencia con la que tenía una reputación que mantener. Vergüenza. Ridículo. Humillación. Rabia. Frustración. Seguramente sintió todas esas emociones a la vez. Ahora multiplique ese sentimiento por diez, y eso es lo que va a sentir como adulto en un lugar de trabajo donde pensaba que tenía derecho a la dignidad y al respeto.

Sus padres no deberían haberse portado así. Su jefe no debería hacer eso. Esas exhibiciones públicas no son más que la expresión airada de un ego que solo quiere reforzar la idea de que ellos mandan y usted obedece. Estas salidas de tono se dirigen a empleados que quizá no tienen otra salida –tienen que pagar sus recibos, cuidar de sus familias o sencillamente no pueden dejar el trabajo porque les hayan insultado, les hayan humillado delante de sus compañeros, les hayan degradado, les hayan hecho sentir que no valen para nada y no son lo suficientemente competentes como para realizar su trabajo, o les hayan hecho sentir que son fácilmente reemplazables.

Cuando hace algo así como jefe, básicamente está intimidando a sus empleados. Estaba repasando las estadísticas de este blog y vi que cada vez tenemos más directores de personal y empresarios que lo leen. Creo que a todos nos vendría bien que hiciéramos un repaso de nuestro comportamiento y relación con nuestros empleados y tratáramos de descubrir en que nos hemos equivocado.

Es un Círculo Vicioso

Ha habido muchos estudios sobre cómo los malos jefes pueden tener un impacto en la salud de sus empleados, en sus vidas personales y hasta en su rendimiento en la empresa. Sin embargo, no hay mucha gente que se enfoque en cómo esos malos jefes impactan en el empleado a nivel individual.

Hace poco se realizó un estudio entre 250 empleados de varias organizaciones. Posteriormente, este estudio se publicó en el Journal of Applied Psychology. El estudio descubrió que hay un círculo vicioso que se crea entre los jefes que abusan de su posición y los empleados que se desviven por satisfacerles. A primera vista, creo que tiene sentido. Si uno le habla sin pelos en la lengua a un jefe que a todas luces es un asno, solo puede esperar que se porte todavía peor con usted. Sin embargo, el estudio también descubrió algo que no parece muy lógico. Descubrieron que el hecho de que esos empleados se desvivan por cumplir con mucho más que su deber para complacer a sus jefes no tiene ningún efecto a la hora de reducir futuros abusos. Los jefes que abusan de su posición no responden de manera positiva a la conducta positiva. No responden con compasión o empatía en absoluto –de hecho, solo ven todo el esfuerzo extra realizado como parte del trabajo normal.

¿Le suena de algo este círculo vicioso? Porque a mí me recuerda a todos los que han pasado por una relación abusiva. En ocasiones, el hecho de que alguien nos haga daño nos vincula emocionalmente con ellos, sobre todo cuando el perpetrador del abuso se asegura de que su comportamiento intimidador esté salpicado de inesperados actos de amabilidad. Cuando alguien nos trata muy mal, atesoramos cada pequeña cosa “buena” que hacen por nosotros. Por tanto, creo que lo que descubrió este estudio era de esperar: los empleados se desvivirán por complacer a la persona que no tiene nada positivo que decir sobre ellos.

¿Es fácil salir de esa situación?

Dicho esto, ¿acaso es fácil dejar su trabajo porque tiene un jefe pésimo? Quizá no lo sea. Como dijimos antes, estos jefes dirigen sus abusos hacia los empleados que necesitan de verdad el trabajo. Quizá tengan una hipoteca que pagar, recibos, o préstamos que les asfixian… sea cual sea la razón, dejar el trabajo no es una posibilidad hasta que encuentren otro nuevo. Y eso es precisamente lo que explota su jefe. En tales casos, lo único que pueden hacer los empleados es encontrar la manera de combatir a dicho jefe.

Lo primero que los empleados han de entender es que no hay una salida fácil. Enfrentarse a ello se hace difícil sobre todo cuando se siente atrapado. Odia su vida en este trabajo, pero por la razón que sea, no puede dejarlo. Por tanto, no va a ser fácil. No es tarea fácil alejarse de las garras de un jefe abusivo con su autoestima y su salud mental intactas.

Necesita un Plan de Acción

Después, tiene que diseñar un plan de acción. Empiece a buscar otras oportunidades dentro de su empresa. Puede darse el caso de que su departamento tenga un mal jefe que no representa los sistemas habituales en el resto de la organización. Empiece a explorar otras opciones, ya que es su derecho.

Otra cosa que puede hacer (quizá la opción más obvia) es hablar con su departamento de recursos humanos sobre la mala conducta de su jefe. Ya sé lo que está pensando –que hablar con recursos humanos le convierte en un chivato. Y aunque eso no le preocupe, ¿cómo va uno a recursos humanos y se queja de sus superiores? ¿Cómo enfocar la situación? ¿Cómo etiqueta uno a alguien de “abusón” sin pruebas concretas?

Quizá la siguiente infografía le proporcione una buena explicación de todo ello…

Algo que sugiere la infografía es que se prepare con pruebas. A lo mejor tuvieron un intercambio por email. Tenga esos emails a mano antes de entrar a la oficina. Quizá tenga pruebas en su trabajo. Es buena idea documentar cada incidente con fechas e información específica para que no se olvide de los detalles cuando realmente los necesite.

Jefes, Relájense, Por Favor

Supongo que la razón para este blog es la de advertir a ambas partes de que sean inteligentes, pero también empáticas. Siempre habrá días difíciles, y habrá días en que la frustración pueda con usted y no sea capaz de enfrentarse a todos los elementos estresantes a la vez. Querrán saltar el uno al cuello del otro.

Mi mensaje para los jefes es sencillo: no sean idiotas. Usted no es el jefe de esa persona. Usted está ahí para facilitar el trabajo. Si sus empleados se sienten maltratados por usted, seguramente es mejor que lo deje.

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