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Empezar ahora Demostración en vivoAparte del aislamiento, la inseguridad y la falta de eficiencia contra la COVID-19, hay otra consecuencia que ha comenzado a preocupar a personas de todo el mundo: el aumento de la vigilancia.
Los gobiernos de todo el mundo buscan maneras de minimizar la propagación del virus, y les da igual que sea invadiendo los derechos de la privacidad y el espacio personal de las personas.
Una nueva medida para contener el virus es el rastreo de contacto: una práctica para conocer la ubicación de las personas infectadas y de aquellos con los que han estado en contacto.
El rastreo de contacto no es algo nuevo. Demostró ser efectivo con el brote del SARS y el ébola, junto con otras medidas como la cuarentena y la distancia social. También ha demostrado ser efectivo en el control de la propagación de la COVID-19 en China.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el rastreo de contactos para minimizar la propagación del coronavirus, cada vez más países han comenzado a espiar a la gente.
El nivel de invasión de estas medidas varían. Algunos países permiten que sus espías puedan interceptar los teléfonos. Algunos van más allá y divulgan los datos mientras otros rastrean de manera encubierta los datos y los movimientos de la población con la ayuda de Google.
Todos los medios de vigilancia que utilizan los gobiernos son como armas, y no importa si comprometen la seguridad y el derecho de privacidad de las personas.
Samuel Woodhams, reponsable de derechos digitales de Top10VPN, compiló un índice sobre las medidas de seguridad reforzadas.
Según este índice en respuesta a la pandemia de la COVID-19, se han registrado los siguientes acotamientos de la privacidad digital:
- Se han introducido nuevas medidas de rastreo digital en 23 países
- Se utilizan tecnologías de vigilencia física avanzada en 9 países
- 12 gobiernos han impuesto censuras relacionadas con la COVID-19
- Los cortes de internet continuan en 4 países a pesar de la pandemia
En una entrevista con un medio de comunicación alertó de que los últimos desarrollos tecnológicos en vigilancia han llevado al mundo de cabeza a una trampa permanente ya que muchas de las nuevas medidas evitaron el escrutinio público y político.
¿Qué países están espiando a sus países y por qué?
Veamos rápidamente qué países se han subido al tren y han comenzado a invadir la privacidad de las personas. Estos son:
EE.UU.
Estados Unidos está echando un ojo a los movimientos de las personas de todo el páis a través de los datos de los teléfonos. El gobierno de Trump reune los datos de la industria publicitaria para cononocer más sobre las reuniones de personas. EE.UU. se refirió a ello como parte del incremento masivo de la vigilancia global.
Para esto, la Casa Blanca pidió a Google, Facebook, y otras compañías tecnológicas usar los datos de ubicación agregados captados de los teléfonos móviles de los estadounidesneses para vigilar la salud pública por el virus, y aceptaron.
Israel
Sin tener en cuenta al parlamento, el primer ministro de Israel, Nitenyahoo, aprobó la geolocalización de pacientes con una tecnología que, hasta ahora, solo se utilizaba para luchar contra el terrorismo.
Basándose en el número de identificación personal nacional y el número de teléfono, por primera vez, esta medida dio vía libre a la agencia de seguridad interna de Israel para que rastreara los teléfonos de las personas para conocer la ubicación de portadores sospechosos.
China
Ningun otro país analiza más las vidas digitales de sus ciudadanos que China como parte de esta tragedia causada por el coronavirus. China ha obligado a sus ciudadanos a instalarse una app en sus smartphones que les dicta si deben permanecer en cuarentena o si tienen permitido ir al metro, a los centros comerciales y otros espacios públicos.
La vigilancia de China no se limita solo al rastreo de teléfonos. El gobierno ya ha llegado al punto de utilizar el reconocimiento facial y de monitorear ciertas secciines de la población.
Rusia
Para contener la COVID-19, Moscú usa lo último en tecnología para rastrear a sus residentes. Al igual que China, cuenta con una gran red de cámaras que pretenden utilizar para el reconocimiento facial junto con pases digitales en los teléfonos móviles.
Corea del Sur
Corea del Sur ha comprometido la seguridad de las personas hasta el punto de revelar la identidad y ubicación de un portador sospechoso a sus contactos y otras personas. En nombre de los textos de orientación de seguridad, los textos de alerta sanitaria de Corea del Sur puso en peligro vidas privadas.
Arabia Saudí
Un reciente artículo cuenta que el interés por revelar la información de los teléfonos de los ciudadanos de Arabia Saudía que vivan fuera del país ha aumentado en los últimos tres meses. Después del episodio polémico de Khashoggi, los ciudadanos que viven dentro y fuera están bastantes preocupados por su seguridad, ya que el gobierno es conocido por espiar, vigilar e inviadir la privadidad.
Irán
Además de China, Rusia, Israel y Arabia Saudí, Irán es otro país conocido por sus métodos estricos de vigilancia hacia sus ciudadanos.
A prinicpios de marzo, tras los horribles números de afectados y muertes debido al coronavirus, obligaron a los ciudadanos a descargar una app que ayudaría con el diagnostico del virus. Pero en realidad, esta app registra los dispositivos y recopila los datos de contacto y de ubicación en tiempo real. Se puede asumir que la funcionalidad de rastreo a gran escala está en algún lugar de su diseño.
Aunque poco después Google eliminó la app de su tienda, el gobierno renunció a la aplicación para que Irán no cruzara las líneas de privacidad de su población.
Austria
Con la situación tan deteriorante de Europa debido a la COVID-19, Austria procedió a utilizar el rastreo de datos de los teléfonos. El gobierno obtubo la ayuda de la industria de la telecomunicacoón para comparir datos de ubicación anónimos con el gobierno.
Italia
En italia, la red móvil de Vodafone ofreció un mapa térmico “agregado y anónimo” para una región muy afectada. Esto mostraba los movimientos de la población y ayudó a las autoridades a tomar decisiones para combatir el virus.
Sudáfrica
Cuando apareció en las noticias que el gobierno estaba usando la geolocalización para espiar y rastrear a las personas, se formó un gran revuelo. Después, el gobierno aseguró a su pueblo que solo se mantendría la base de datos nacional para encontrar a los portadores sospechosos y las víctimas.
Singapur
Singapur continua rastreando con una aplicación móvil. El gobierno ha pedido a la gente que descargue una app llamada TraceTogether que itiliza el Bluetooth para monitorear con quién ha estado en contacto el usuario, y alerta si se ha estado cerca de alguien que pueda tener el virus.
Taiwán
Taiwán prefiere el geofencing para obligar a las personas a no salir de casa.
Polonia
Otro país europeo, Polonia, cuenta con una app llamada Home Quarantine que pide fotografías etiquetadas geográficamente. El incumplimiento tiene como resultado una visita de los agentes de policía.
Reino Unido
Reino Unido no habia adoptado medidas de rastreo de teléfonos o geofencing, pero ya tenían una app de rastreo de contacto en las tarjetas. El gobierno pidió a las empresas de teleomunicaciones de Reino Unido yGgoogle los registros de ubicación de los teléfonos para mapear la propagación de la COVID-19. Y, según la Health Service Journal, la sección de transformación digital de NHS está trabajando en una app de rastreos de contacto, que identificaría a personas en riesgo.
La gente reacciona con miedo a la invasión de la prividad
Incluso en estos tiempos tan catastróficos, los componentes políticos están a la orden del día. Los gobiernos, con el tema de la pandemia, parecen haber encontrado una manera legal y fácil de espiar a activistas, oponentes y ciertos grupos rebeldes. Por otro lado, la privacidad y los activistas por la paz están preocupados por esto, ya que es un ataque intrusivo a la privacidad y seguridad digital de las personas. Echan la culpa a que, una vez se imponga como medida para luchar contra la COVID-19, acabará siendo algo permanente y problemático.
Utilizar los datos del teléfono, el geofencing, apps de rastreo y el cumpimiento digital para revelar información y monitorear la propagación de la pandemia preocupa a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que viven en democracias occidentales que no estén acostumbrados a estar vigilados.
¿Por qué estan los defensores de los medios digitales, las autoridades y los expertos preocupados con estas tendencias de la vigilancia?
El rastreo de contactos y el resgistro de la proximidad entre personas a través del Bluetooth, el WiFi, o el GPS, puede ayudar de manera eficiente a notificar a las personas que hayan estado en contato con alguien que haya sido hace poco diagnosticado con coronavirus y hacerle saber que debe confinarse. Se dice que esta tecnología en el futuro facilitará a los gobiernos, agencias de espionaje, industria publicitaria y terroristas a invadir la confidencialidad de las personas.
Los expertos temen que esta sea la nueva norma de vigilancia ya que no es tan simple ni está tan protegida como los servicios de control parental que monitorean a los niños o las apps de rastreo de trabajo que guardan registros de la productividad de los empleados. Es una gran amenaza ya que la tecnología permite la recoplación de una gran cantidad de datos sensibles.