Libros impresos o eBooks: ¿Cuáles son mejores para sus hijos?

La lectura puede ser una de las mejores experiencias y placeres en la vida de un niño pequeño. Investigadores de la Universidad de Michigan realizaron un estudio que fue publicado en la revista Pediatrics. En el estudio, se pidió a 37 padres que leyeran historias similares a sus hijos de dos a tres años de edad en tres formatos diferentes. Estos tres formatos eran: un libro impreso, un libro electrónico básico (sin campanas ni silbatos) en tablet y un libro electrónico mejorado (con animación y efectos de sonido). El orden de los formatos variaba de una familia a otra.

Todas las interacciones fueron grabadas en video y codificadas mientras se observaba el número y tipo de verbalización tanto por parte de los niños como de los padres, el tono emocional general de todo el proceso y la cantidad de lecturas colaborativas que tuvieron lugar entre el padre y el niño. La lectura conjunta de libros impresos condujo a una mayor verbalización sobre la historia tanto por parte de los niños pequeños como de los padres, junto con más colaboración dialógica de ida y vuelta.

Reach Out and Read, en colaboración con Scholastic, publicó la séptima edición de su informe Kids & Family Reading Report. Se trata de una encuesta nacional de niños en edad escolar y de sus padres. Al 58% de los niños de la encuesta les encanta leer o les gusta leer libros por diversión. También se encontró que ha habido una disminución en la frecuencia de lectura entre los niños encuestados desde 2010.

La vicepresidenta principal de Scholastic y colaboradora del informe, Lauren Tarshis, dirigió su atención al tercer grado. Según ella, el tercer grado es un año crucial en el que se espera que los niños logren una fluidez total en la lectura. La parte divertida se escapa de la lectura a medida que llegan a la edad en la que se espera que dominen la lectura por completo. El informe lo calificó como un descenso a los 9. El número de niños que leen libros toda la semana por diversión bajó al 35% de los niños de 9 años, frente al 57% de los niños de 8 años.

Los libros de cuentos electrónicos distraen la atención

En una revisión que tuvo lugar en 2014 sobre los libros de cuentos electrónicos, los investigadores pudieron esbozar algunos de los comportamientos a los que tales historias podrían conducir. Algunas historias resultaron ser útiles para los niños pequeños y algunas otras podían hacerlos daño. En particular, los investigadores señalaron los retrasos del lenguaje entre los niños y cómo ciertas características de los libros electrónicos refuerzan un vínculo entre la palabra y una imagen como las imágenes animadas. Las imágenes animadas pueden ayudar a un niño a integrar la información, pero al mismo tiempo también causan una distracción. Los juegos y otros elementos de distracción pueden causar una sobrecarga cognitiva que puede obstaculizar el proceso de aprendizaje del niño. Además, el tiempo frente a la pantalla desplaza el tiempo que pasan juntos padres e hijos.

Investigaciones anteriores sugirieron que los niños pequeños encuentran problemáticas las mejoras, pero los resultados de este estudio revelan que es menos probable que una historia no mejorada en la pantalla de una tablet estimule el diálogo entre padres e hijos. Los investigadores no han sido capaces de concretar la razón detrás de esto. Es muy posible que tenga que ver con nuestra propia etiqueta respecto al uso de nuestro dispositivo digital. Cada uno tiene su propio patrón de uso de sus dispositivos y tal vez, como la tablet se utiliza más como un dispositivo personal, es muy posible que los padres y los niños utilicen sus dispositivos de forma independiente en el hogar.

Los libros impresos ayudan en la vocalización y el lenguaje

Los libros impresos son los mejores cuando usted está leyendo con sus hijos. JAMA Pediatrics publicó un estudio en el que los investigadores observaron la interacción entre los niños y sus padres entre las edades de 10 a 16 meses. El estudio reveló que cuando los niños jugaban con juguetes electrónicos, tanto los niños como los padres usaban menos palabras en comparación con los juguetes tradicionales. Los libros ilustrados o impresos evocan aún más lenguaje y palabras de los niños en comparación con los juguetes tradicionales.

Las palabras escritas y las imágenes tienen un gran impacto en el cerebro del lector, especialmente el de un niño. Ayudan a desarrollar el cerebro de un niño y estimulan su imaginación. Las palabras son poderosas y son capaces de llevarte a la historia de la vida de otra persona, su aventura, pueden despertar todo tipo de emociones en ti. Sin embargo, depende del cerebro tomar esas palabras y vivir a través de ellas. Según las posibilidades de las imágenes del cerebro, las historias auditivas conducen a imágenes visuales en el cerebro del niño, y esto sucede con más fuerza si los niños tienen el hábito de escuchar historias. 

La razón por la que los libros impresos son tan buenos es que ofrecen mucho a los lectores, tanto a niños como a adultos. Los libros impresos provocan la respuesta de un niño. Por ejemplo, un niño pequeño no puede dar golpecitos a un león y oír un rugido. Necesitaría la ayuda de sus padres. Y cuando no puedes hacer galopar a un caballo si lo tocas, en tu cerebro, puedes hacerlo galopar tan rápido como quieras con tus palabras. Los niños pueden crear todo un mundo en sus mentes y su imaginación activa con la ayuda de cuentos, mientras que los libros electrónicos no dejan mucho espacio para la imaginación, ya que los niños ven todo justo enfrente de ellos. Las tablets y otros dispositivos inteligentes han hecho más difícil para los padres y los niños participar en la enriquecedora experiencia que ofrece la lectura de libros impresos.

Los investigadores también revelaron algunos conflictos con respecto al control de la tableta junto con comentarios negativos como no toques ese botón, etc. Por otro lado, un libro impreso es excelente para estimular las interacciones positivas y atractivas entre el padre y el niño. La lectura mejora las habilidades del lenguaje, ayuda con el vocabulario y, lo más importante, permite que el niño cree un mundo entero con palabras escritas.

Este informe también arroja luz sobre la importancia de tener alguien que modele la costumbre de la lectura, lo que significa que los niños que son ávidos lectores también suelen tener ciertas personas en sus vidas que disfrutan de la lectura, así como padres que leen con frecuencia. Los padres juegan un papel importante. El libro que motiva el diálogo entre el padre y el niño pequeño también actúa como el primer paso hacia el glorioso mundo de las historias y el lenguaje escrito. Los padres que disfrutan leyendo a sus hijos juegan un papel importante en moldear la actitud del niño. Esto demuestra ser un momento de unión entre el padre y el hijo que parece tener un impacto duradero en la vida del niño.

La Dra. Tiffany Munzer, que trabaja en pediatría del desarrollo y el comportamiento en el Hospital Infantil C.S. Mott de la Universidad de Michigan, fue la primera autora del estudio. Según Munzer, los investigadores querían estudiar particularmente a los niños pequeños debido a la creciente preocupación de que las mejoras electrónicas distraigan a los niños pequeños. Y esta fue la razón por la que los libros mejorados se compararon con los libros impresos y los libros electrónicos no mejorados.

Los niños más pequeños se distraen con los libros electrónicos y hay mucha tecnología dirigida activamente a los padres. El desarrollo de un niño no requiere muchos sonidos y campanas. Involucrar al niño y hablar con él es la mejor manera de apoyar el desarrollo de la edad temprana.

De acuerdo con la Dra. Munzer, la meta es ayudar a las familias a participar en tales actividades que provoquen una conexión entre el padre y el niño.

La Dra. Suzy Tomopoulous, profesora asistente del departamento de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, dice que, independientemente de lo que usen los padres de familia, los padres necesitan leerles a sus hijos o, todavía mejor, leer junto a ellos y usar lo que están leyendo mientras amplían el texto.