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Empezar ahora Demostración en vivoLa proliferación de tecnología ha traído toda una época de nuevas catástrofes, pero el ciberacoso parece ser la más devastadora de todas hasta el momento.
¿Qué es exactamente lo que está causando este ciberacoso a gran escala?
La principal razón puede ser atribuida al uso masivo de las plataformas de redes sociales. Sin embargo, el ciberacoso no produce moratones, cicatrices ni huesos rotos, como hacía la intimidación tradicional. Puede que no cause daño directo a una persona, pero sus repercusiones psicológicas son muchas y graves, con cicatrices de por vida no ya en los cuerpos, sino en las almas.
El mayor impacto del ciberacoso se da en el desarrollo del cerebro. Con frecuencia, las víctimas del ciberacoso se enfrentan a periodos de ansiedad, depresión, estrés, autodegradación, y abuso de sustancias. El ciberacoso puede llevar a crímenes terribles y a ideación suicida entre sus víctimas.
De hecho, una gran parte de la vida de un hijo está oculta de los ojos de los padres. Hoy en día, la gente se pasa más tiempo que nunca en Internet, tenga la edad que tenga. La investigación muestra que, de media, los adultos se pasan más de 3 horas al día en sus dispositivos móviles. Se espera un aumento de 11 minutos en sus actividades online, algo que nos resulta preocupante.
Cualquiera puede ser víctima del ciberacoso, pero son los adolescentes los que más sufren por ello. En EEUU, un 59% de los adolescentes han experimentado alguna forma de ciberacoso. Los padres no tienen ni idea de lo que hacen sus hijos en Internet, quiénes son sus amigos, dónde van, qué tipo de páginas visitan, y qué clase de problemas se encuentran. Como todo el mundo está ocupado con su propio círculo y actividades sociales, hasta los padres se olvidan de echar un ojo a las actividades de sus hijos. Sin embargo, los estudios muestran que solamente 1 de cada 10 adolescentes habla de sus problemas de acoso con sus padres. Los padres han de comprobar las actividades tanto online como en la vida real de su hijo antes de que sea demasiado tarde, ya que el ciberacoso puede afectar su salud cerebral, además de llevar a muchos crímenes online.
La solución está en vigilar a sus hijos, conocer cada uno de sus pasos importantes online, y asegurarse de que ni están metiéndose en problemas, ni están metiendo en problemas a los demás. Esta es la única solución si quiere salvaguardar a su hijo de ser acosado online.
Los efectos del ciberacoso en el cerebro humano
La investigación sobre el cerebro demuestra que el acoso se ha convertido en un triste fragmento de la etapa de crecimiento. El ciberacoso puede llevar a cambios en el desarrollo a largo plazo en la mente humana. Estos cambios en el desarrollo pueden causar déficits emocionales y cognitivos. El ciberacoso también causa un cambio en el nivel de hormonas del estrés. Los desequilibrios hormonales no solo causan ira y violencia entre adolescentes, sino que son el origen de diferencias físicas y estructurales. Los padres tienen que percibir cualquier cambio emocional o conductual en sus hijos. Como padre, tiene que analizar la razón detrás de dicho comportamiento. Para ello, puede utilizar una app de monitoreo, como XNSPY, para echar un vistazo a sus actividades e interacciones sociales sin ninguna intrusión.
Ciberacoso y suicidios
El ciberacoso está haciendo que crezca el crimen entre los adolescentes. La conducta violenta que desarrollan las víctimas lleva a la sed de venganza. Pueden herirse a sí mismos y a los demás. Nicole Fox Fenlon, una irlandesa de 21 años, terminó con su vida tras sufrir acoso durante más de tres años. Hay un número de estos casos de suicidio y lo peor es que el ciberacoso está en aumento, lo que significa que los padres tienen muy buenas razones para monitorear las actividades de sus hijos online para salvarles de ambas cosas, de convertirse en abusones o en víctimas. Como padre, tiene que darse cuenta de lo dañino que puede resultar el ciberacoso para sus hijos. Empiece monitoreando sus redes sociales y note cualquier cambio de conducta antes de que se metan en problemas graves.