Los niños adictos a la pantalla se convierten en mueble con 5 años, según un estudio reciente

Un estudio reciente ha demostrado que los niños adictos a la pantalla con 3 años acaban convirtiéndose en unos muebles a los cinco años. Estos niños se mueven 40 minutos menos al día cuando llegan a primaria que aquellos que han tenido una exposición limitada a las pantallas.

Según el estudio, la cantidad reducida de actividad física podría conllevar a una mala salud y a la obesidad. Los padres deben seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la limitación del uso de pantallas a una hora al día.

El estudio, llevado a cabo por el Dr. Falk Muller-Riemenschneider, decía que reducir el tiempo que pasa un niño delante de la pantalla en los primeros años de vida podría conllevar a un comportamiento más saludable y favorecedor para su futuro. El estudio se llevó a cabo con 552 niños. La Universidad Nacional de Singapur realizó este estudio en todo el país y después preguntó a los padres cuánto tiempo pasaban sus hijos de dos y tres años con un teléfono o tablet.

A los niños de cinco años se les dio durante una semana unos dispositivos de seguimiento de actividad que controlaban el sueño, el descanso y los niveles de actividad de los niños. Solo un niño de cinco cumplió con el límite recomendado por la OMS. Y aquellos niños que pasaron delante de la pantalla 3 horas o más, fueron 30 minutos menos activos a lo largo del día. Estas actividades incluían caminar. También fueron 10 minutos menos moderados con actividades como correr. Esto exige una limitación del tiempo que pasan los niños delante de las pantallas.

El congreso ha aprobado una ley debido a las crecientes preocupaciones sobre el uso de los smartphones para ver más de cerca el impacto que supone el uso excesivo del teléfono. Esto también ha derivado en que los inversores insistan a las grandes empresas sobre modificar su enfoque en relación con los clientes más jóvenes.

El año pasado, la Organización Mundial de la Salud dijo que los niños menores de un año no deberían estar expuesto a las pantallas, y los niños ente 2 y 4 años no deberían pasar más de una hora al día delante de la pantalla. Los expertos tecnológicos de Silicon Valley también aconsejan mantener alejados los dispositivos inteligentes y software que fabrican de los niños.

Pero, entre todo esto, algunas investigaciones se cuestionan estos miedos. Esto no implica que el uso extensivo de las pantallas no sea dañino. Sin duda, los niños que pasan demasiado tiempo pegados a sus teléfonos podrían perderse muchas otras cosas como interactuar con personas y el mundo exterior junto con otras actividades físicas como caminar, correr y ejercitarse. El uso extensivo de las pantallas también conlleva a problemas de salud mental en niños.

Los investigadores luchan contra la creencia común de que las pantallas son la principal causa que provocan ansiedad, carencias y falta de sueño entre los jóvenes hoy en día. Dicen que, en muchos de estos casos, el teléfono solo provoca problemas que un niño podría experimentar sin hacer uso de él. El objetivo de mantener alejado a los niños de los teléfonos hace que sea más difícil mantener conversaciones productivas. Entre ellas se incluye el debate sobre cómo las personas con ingresos bajos pueden utilizar teléfonos de forma segura y beneficiarse de ello y cómo hacer que los teléfonos sean útiles para los consumidores ávidos a la vez que se protege la privacidad.

Andrew Przybylski, director de la investigación en el Instituto de internet de Oxford dice que «muchas de las personas que meten miedo a los niños sobre el tiempo que pasan delante de una pantalla han conseguido llamar la atención de la sociedad y van a continuar con ello. Y esto no es nada bueno para la sociedad».

Ms. Odgers y Michaeline R. Jensen, de la Universidad del Norte de Carolina en Greensboro, publicaron un artículo poco después de que Amy Orben (investigadora de la Universidad de Cambridge) publicara un análisis y un trabajo parecido sobre el fundador de Standford Social Media Lab, Jeff Hancock. Estas dos publicaciones llegaron a la misma conclusión.

En el análisis de Hancock se observaron 266 estudios sobre la salud de los usuarios de teléfono y dice que «cuando ves todos estos tipos de bienestar, el tamaño del efecto neto es básicamente cero».

El debate sobre el tiempo delante de las pantallas y la salud mental no es algo nuevo. Comenzó cuando salió el primer iPhone. La Academia Americana de Pediatría publicó un artículo en 2011. Avisaba al publico sobre la depresión que causaba Facebook, algo nuevo en aquella época. Pero ahora, la mayoría puede fácilmente relacionarse con ello en vista de los estudios que hablan sobre los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental de los usuarios, sobre todo en adolescentes. La reconocida psicóloga Jean Twenge habló sobre el aumento de la depresión y suicidios en adolescentes debido a los smartphones en su artículo. Con el título «¿Han arruinado los smartphones a toda una generación?», acreditó el repentino aumento de casos de ansiedad, depresión y suicidio en adolescentes desde 2010 al uso prevalente de los smartphones y redes sociales en adolescentes.

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