Hablemos de la que fue una de las cantinelas más comentadas del 2014, al menos en el ámbito de la gestión empresarial –la participación del personal. Desde luego que esta idea no es tan nueva como pueda pensar, pero de algún modo, este año las compañías se pusieron a reevaluar las herramientas mediante las que se ejercita este concepto. Lo que lleva a que nos preguntemos… ¿es la participación del personal lo que ellos creen que es? ¿Puede ser realmente medida, contenida y rectificada? ¿Y será el 2015 el año en que este concepto se revitaliza de verdad?

Quizá la razón por la que una gran mayoría sigue desconectada en el trabajo se deba a que el concepto está alienado de la misma premisa en que existe –el mercado laboral, y la cultura corporativa en sí misma.

Dinero y Participación

La recesión no ha sido amable con casi nadie. Fue especialmente caótica para el mercado laboral porque la gente se conformó con cualquier cosa mientras supusiera tener un trabajo. No importó si les gustaba el trabajo o la compañía o incluso la industria mientras que llegara con un salario a fin de mes. Y he ahí la raíz del problema. La recesión, y la transformación consecuente del mercado laboral han reducido los distintos elementos de la participación (satisfacción personal, innovación, espacio para el crecimiento personal) a uno: el dinero.

La Paradoja de lo Personal y lo Profesional

En nuestra casa, tenemos la libertad de hacer las cosas que nos agradan y nos interesan. Podemos crear las cosas que queremos, comer cuando lo deseamos, tomar un descanso cuando nos apetece, o cambiar de escenario cuando no nos sentimos inspirados. Pero en un trabajo las cosas son algo más restrictivas. Se espera que cumplamos con las normas que determinan donde nos sentamos, comemos o tomamos un descanso. Se nos dan objetivos concretos que tenemos que alcanzar sin importar cómo estemos de inspirados para hacerlo.

Somos la misma persona viviendo dos vidas distintas que se espera que sean mutuamente excluyentes. Una de ellas parece más satisfactoria, liberadora y creativa. La otra es más coercitiva, monótona y aburrida. La participación del personal como táctica de los departamentos de Recursos Humanos parece inefectiva cuando se toma esto en consideración. Porque mientras se trate la vida y el trabajo como una dicotomía, los trabajadores no se sentirán implicados trabajen donde trabajen.

La Participación del Personal en el 2015

Ninguna cantidad de mesas de futbolín, ni de pelotitas de semillas, café o comidas gratis van a asegurar la participación del personal. Para evolucionar en el 2015, vamos a tener que cambiar la premisa misma sobre la que existe este concepto –la cultura organizativa. En tanto siga haciendo oídos sordos a los cambios en la manera en que vivimos, interactuamos y crecemos, estas herramientas de participación del personal pueden estar hechas para máquinas. Los futbolines y las comidas gratuitas pueden estimular la participación, pero necesita salir de dentro. Y eso solamente va a suceder cuando las organizaciones comiencen a adaptarse a la vida de sus empleados, y no solamente al revés.

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