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Empezar ahora Demostración en vivoMuchos padres me preguntan sobre los errores que deberían evitar como padres mientras prueban una nueva herramienta de control parental. Voy a aprovechar esta oportunidad para destacar tres amenazas habituales que enfrentan los padres de hijos adolescentes.
Extorsión
Implica la exigencia de un privilegio o de una recompensa con una amenaza subyacente, declarada o implicada, en caso de que las exigencias no sean concedidas. La naturaleza perversa de la extorsión se deteriora a medida que el hijo crece. Con estrategias que van desde un berrinche prolongado a la amenaza de violencia o de auto-lesión, los chicos se salen con la suya. Algunos adolescentes pueden recurrir incluso a la desobediencia negándose a cumplir con responsabilidades como los deberes, hasta que sus exigencias sean satisfechas. Algunas amenazas pueden ser muy sutiles, como “Ya me puedes dejar ir a la fiesta o habrá consecuencias”.
La extorsión puede poner en grave riesgo la relación entre padres e hijos. También coarta el desarrollo moral del niño y hasta su futuro por entero, porque este tipo de conducta no se tolera en la vida adulta. Los adolescentes pueden comenzar a una temprana edad con formas leves de extorsión que después escalan gradualmente con los años.
Soborno
Ésta es una estrategia que emplean tanto los padres como los adolescentes. La versión adolescente consiste simplemente en pedir algo como pago por sus servicios: “Haré lo que me pides si me das esto primero” Los padres se dejan manipular porque creen que será mejor ceder. Los adolescentes que tienen éxito con los sobornos pueden carecer de motivación para conseguir cosas y prefieren salirse con la suya con la manipulación verbal en vez de mediante el trabajo y el esfuerzo.
La versión del soborno que emplean los padres es ligeramente distinta. Se hace con la intención de motivar a los chicos a que realicen ciertas tareas como los deberes, o la preparación para un examen, etc. Pueden utilizar pagos por adelantando para conseguir los resultados deseados. Sin embargo, esto constituye un acto desesperado y rara vez produce ningún resultado positivo.
Desobediencia Asimilada
La desobediencia funciona de dos maneras. Primero, los adolescentes buscan la manera de evadir sus responsabilidades. Crean un caos tan grande que los padres prefieren no forzarles a que realicen ninguna tarea. La otra manera es convenciendo a los padres de que son extremadamente incapaces de hacer algo y que cualquier tipo de obediencia les haría daño. Con el tiempo, los padres aceptan la desobediencia y dejan de exigir ningún trabajo al niño. En este proceso, el adolescente disfruta de la evasión de sus responsabilidades.
Los padres pueden adoptar distintas estrategias para lograr una conducta socialmente aceptable en sus hijos, como:
- Darles algo: esto puede suponer recompensar a su hijo si consigue comportarse de una manera aceptable. La otra manera es la de castigar a su hijo por su desobediencia, aunque no se recomienda debido a su ineficacia.
- Quitarles algo: Los padres pueden eliminar una circunstancia estresante o dolorosa. Multarles es otra faceta de esta estrategia, donde se les quita algo significativo para desalentar cierta conducta.
- Cambio de aires: Conseguir los resultados deseados al cambiar el entorno de su hijo adolescente.
- Instruir: utilizando ejemplos, explicaciones y sugerencias para fomentar un tipo de conducta.
- No intervenir: los padres pueden elegir no intervenir durante las consecuencias de una conducta, para que su hijo aprenda que su conducta tiene repercusiones.