En caso de que te perdieras nuestro último blog, hablamos de cómo la idea de espiar a nuestros hijos es recibida con cierto escepticismo. Es una cuestión polémica. Una madre nos escribió para hablarnos de cómo había enfrentado ese tipo de reacción la primera vez que utilizó nuestra aplicación. Ya se las ha arreglado para convertir a todo el mundo. Aquí tiene sus ideas en sus propias palabras…
Soy una de esas madres que considera que espiar a sus hijos es una parte imprescindible de mi tarea como madre. Y estoy totalmente en paz con mis decisiones, aunque otros padres me juzguen. Espiar el iPhone de mis hijos quiere decir que estoy informada de lo que hacen en Internet y de cómo utilizan sus iPhones. Seguramente tengo más información sobre mis hijos que la mayoría de los padres que no les espían. Y para ser sincera, creo que eso me hace una madre más responsable que ellos.
Estamos en la era digital. No podemos pensar que nuestras vidas online y en el mundo real son mutuamente exclusivas. Somos la misma gente con más métodos de conexión. Conectamos con más gente de esta manera. Entonces, ¿por qué tenemos que vigilar a nuestros hijos en el mundo real pero no en Internet? Me parece que eso no tiene ningún sentido.
No olvidemos que somos responsables de nuestros hijos mientras sean menores de edad. Somos los responsables de enseñarles lo que está bien y lo que está mal. Tenemos que asegurarnos de que están alejados de todo daño y de que no hacen daño a los demás. Somos responsables de su seguridad y bienestar. Y esto se aplica tanto a sus vidas en Internet como en el mundo real.
Cuando utilizo mi aplicación de vigilancia de iPhone, descubro las páginas web que mis hijos han estado visitando. Sé que páginas de entretenimiento visitan, sé cuánto tiempo se pasan investigando para hacer sus tareas. Sé si han visitado una página inapropiada. Al mismo tiempo, sé con quién están hablando y de qué hablan. Sé a quién llamaron y cuándo y en qué consisten sus mensajes de texto. De este modo, estoy mejor informada de sus vidas que los padres que no vigilan a sus hijos.
Si lo piensa un poco, se puede descubrir mucho sobre una persona viendo el contenido de su smartphone. Puede averiguar lo que le gusta por las páginas web que visita, los videos que ve, la música que escucha, de qué habla con sus amigos, a qué sitios le gusta ir o qué películas le gusta ver. No solo sabrá con quién habla, sino también sabrá el contenido de la comunicación. Y descubrirá más acerca de sus hijos, sus gustos, sus aversiones, cómo pasan su tiempo libre, qué pasa en sus cabecitas y muchas más cosas.
Así que júzgueme todo lo que quiera. Lo cierto es que desde que conseguí mi aplicación de vigilancia para iPhone, me convertí en una madre mejor informada. Me convertí en una madre digital. Me empecé a enterar mejor de lo que pasaba en las vidas de mis hijos. Supe cuándo mi hija tenía problemas con otros chicos en la escuela antes de que viniera a decírmelo. Supe que mi hijo quería un par de deportivas nuevas porque las había estado mirando en Internet. Supe sin ninguna duda que mi hija quedó con un desconocido que había conocido en Tinder cuando me había dicho que se iba a dar un paseo. Supe que mi hijo se saltó la escuela para irse de excursión con sus amigos porque recibí una notificación de la función de geo-valla de la aplicación.
Sobre todo, ha ayudado a mis hijos a entender por qué ciertas cosas que hacen están mal. No es suficiente con espiarles. ¿Para qué le va a servir toda esa información sobre sus hijos si no actúa al respecto? Uso mi programa de control parental como una oportunidad para hacer mi tarea de madre. Cuando descubro que mis hijos han hecho algo arriesgado (como proporcionar información personal a un desconocido), me aseguro de decirles lo peligroso que eso es y que se está arriesgando mucho. Cuando veo que han estado buscando sobre una profesión en Internet, me aseguro de ayudarles inscribiéndoles en todos los programas adecuados que les ayudarán a conseguir sus metas.
Sí, mi decisión fue polémica. Pero como me ha convertido en mejor madre, no lo lamento lo más mínimo.
¿Tiene algo que añadir? Deje que otros padres escuchen su voz escribiéndonos o dejando un comentario a continuación.