Cómo invalidan los padres a sus hijos y qué hacer

Un estudio de 2018 reveló que los problemas de salud mental costarán unos 16 billones de dólares a la economía mundial en 2030 debido a la pérdida acumulativa de 2.000 millones de días de trabajo cada año.
Algunos de los problemas mentales más comunes, como la depresión o la ansiedad, están relacionados directamente con experiencias negativas durante la niñez. Aunque las experiencias que dañan las relaciones sociales o físicas son relativamente fáciles de identificar y de gestionar, las experiencias emocionales suelen pasar desapercibidas y son difíciles de identificar y de resolver. Un ejemplo común de estas experiencias emocionales es la invalidación.
La invalidación hace referencia a una serie de conductas por parte de los padres, o de otros adultos, que afecta a la vida de un niño y que incluye la invalidación de la experiencia íntima del niño que banaliza o rechaza los sentimientos personales del niño. La invalidación emocional es difícil de distinguir porque ocurre con una frecuencia inquietante y está normalizada en la mayoría de las sociedades. Este comportamiento también puede darse consciente o inconscientemente.

¿Cómo es la invalidación emocional?

Veamos las siguientes situaciones.

Situación 1:

Kevin, de cuatro años, suele quejarse a sus padres de tener miedo de los fantasmas cuando se va a la cama. Sus padres le tienen dicho que no hay nada de lo que tener miedo y le piden que se vaya a dormir.

Situación 2:

Hannah, una chica de 11 años, llega a casa llorando un día y le cuenta a su padre que ha perdido el material en el colegio. El padre, que está viendo la televisión, le dice que no se preocupe y que está exagerando.

Situación 3:

Jason, de 10 años, se hace una pequeña herida mientras juega en el parque. Empieza a llorar mientras va caminando hacia sus padres, que le dicen que deje de llorar porque «ya no es un bebé».

 

¿En cuál de estas situaciones crees que los padres están invalidando las emociones de sus hijos?

¡En todas!

Aunque las situaciones de arriba no parecen tan graves, la sensación frecuente de invalidez puede hacer que los niños crean que sus sentimientos no importan. Esto puede derivar en un sentimiento de rechazo y abandono, incluso en la vida adulta. Este sentimiento es doloroso y puede afectar al desarrollo psicológico saludable. Por eso la invalidación constante es una forma de abuso emocional.

Los niños que crecen en un entorno de abuso emocional tienen más probabilidades de tener depresión, ansiedad, trastornos de personalidad y otros problemas de salud mental cuando son adultos. En la edad adulta, tienen una autoestima bajo y problemas con los límites interpersonales. No les resulta fácil sentirse emocionalmente seguros y tienen dificultades para gestionar el estrés. También es muy común que los niños invaliden sus propios sentimientos cuando alcanzan la vida adulta.
Piénsalo: invalidar los sentimientos de alguien es algo que sucede mucho en nuestro día a día y no se le presta atención cuando se le hace a un niño.
Mira estas frases y piensa en la frecuencia con que las usamos con nuestra familia, amigos u otros seres queridos.

 

«No dramatices tanto».

«Estás demasiado sensible».

«Deja de exagerar las cosas».

«No le des importancia y céntrate en lo positivo».

«Yo también he pasado por cosas malas, no te preocupes».

«Así es la vida, tienes que acostumbrarte».

«No entiendo por qué te sientes así, tienes suerte de X».

«¡Dejar de llorar/gritar y cálmate!»

 

 

Estas frases suelen utilizarse mucho y suelen restar importancia o rechazar la angustia emocional por la que está pasando la otra persona. La invalidación también puede darse en forma de expresiones no verbales como poner los ojos en blanco, apartar a la persona o incluso ignorarla completamente.

Crea un entorno saludable y de validación

Ahora que está claro que la invalidación crónica puede afectar al bienestar psicológico a largo plazo de una persona, aquí tienes algunos consejos para crear un entorno saludable y de validación emocional:

·         Ten paciencia y escucha, intentando entender y empatizar, y solo entonces piensa en responder.

·         Prueba a centrar tu atención no solo en los hechos de un incidente, sino en los sentimientos que suscitan.

·         No te muestres en desacuerdo desde el principio. No pasa nada por no estar de acuerdo, pero muestra ese desacuerdo teniendo en cuenta los sentimientos de la otra persona.

·         La sinceridad es la base de cualquier relación, incluido la interacción entre un niño y un padre, y la confianza nace de la sinceridad. No mientas y no seas condescendiente.

·         Evita distraerte y céntrate en la comunicación.

·         Haz preguntas para explorar sus emociones en más detalle con la intención de entender.

·         Deja de intentar «solucionar» el problema echándole la bronca o dando consejos que no te está pidiendo. Pide permiso antes de decir lo que piensas.

·         Usa gestos no verbales para comunicar empatía.

¿Cómo se ve esto en la práctica? Volvamos a las tres situaciones que hemos visto antes.

Situación 1:
Los padres de Kevin no se tomaron en serio el miedo que él tenía diciendo que, bajo su punto de vista, no tenía importancia. Para darle validez a su sentimiento, podrían haberse dado cuenta de que él estaba asustado (independientemente del motivo) y haberle demostrado que entienden sus miedos.

Situación 2:
El padre de Hannah banaliza y rechaza los sentimientos de su hija diciéndole que estaba exagerando. En vez de eso, debería haber apagado la televisión y haberla escuchado con paciencia. Haciendo eso, hubiera reconocido que Hannah se sentía triste por un sentimiento de pérdida. Podría haber ido más allá haciéndole preguntas sobre por qué era tan importante para ella ese material. Haciendo esto, Hannah hubiera sentido que sus emociones estaban siendo reconocidas.

Situación 3:
Los padres de Jason pensaron que la herida no era para tanto, pero ignoraron y rechazaron los sentimientos de Jason. Podrían haber intentado entender su aflicción. En vez de eso, escogieron decirle que sus emociones, que su realidad, no era correcta, rechazando así su experiencia subjetiva.
Aquí tienes algunos ejemplos sobre cómo se pueden validar los sentimientos de una persona:

·         «Entiendo que ha podido ser difícil».

·         «Parece que estás triste por X».

·         «Yo no lo veo así, pero entiendo que para ti sea X».

·         Ir más allá haciendo preguntas como «¿quieres hablar más sobre ello?»

·         Da consejos preguntando primero. «¿Puedo decirte lo que pienso sobre X?»

Por supuesto que hay otras formas de validar o invalidar, pero quedan fuera del objetivo de este artículo. Ten en cuenta que la validación es la clave de cualquier relación. Los niños, especialmente vulnerables a la invalidación, son los que más lo sufren.

Ofrecer un entorno de aceptación y de afecto para los niños es esencial para su bienestar psicológico. Recuerda que la invalidación puede provocar daños graves a largo plazo. Cuando un niño se siente validado, se siente seguro, aceptado, valorado, cuidado y querido.

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