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Empezar ahora Demostración en vivoLos niños y adolescentes están conectados s todas horas a sus teléfonos y otros dispositivos digitales. Internet ha allanado el camino para muchas posibilidades. Las redes sociales, la transmisión de videos, los juegos, las compras en línea, los mapas de Google y otros son ejemplos de cómo Internet ha cambiado nuestras vidas. Sin ello, el mundo tal y como lo conocemos hoy en día dejaría de existir. No hay duda de que nos ha facilitado la vida, pero ¿a qué precio?
Con los teléfonos móviles, llevamos Internet con nosotros. La profusión de aplicaciones ha influido en casi todas las áreas de nuestra vida, ya sea en el trabajo, las citas, la crianza de los hijos, el ejercicio en el gimnasio o cualquier otra cosa. Hay una aplicación para todo.
En aras de la productividad, elegimos el camino de la menor resistencia. Este artículo de Judy Estrin señala que los seres humanos rehúyen el dolor y las molestias. Nos inclinamos a optar por una salida más fácil. Esto no sólo nos hace perezosos, sino que también nos desmotiva para que no nos esforcemos por alcanzar un mayor potencial. En lugar de presionarnos a nosotros mismos, elegimos lo que nos parece fácil.
Menos paciencia
Las complejidades de la vida, como las relaciones, la educación, la vida laboral, implican trabajo duro, consistencia y persistencia. Nuestro enfoque de la vida a través del camino fácil es lo que nos hace indolentes. Sin darse cuenta de que cada área de la vida toma tiempo para cultivar y prosperar, la cultura de Internet tiene una forma de forzar la urgencia en nuestro camino. Así que puedes terminar usando aplicaciones como Tinder para citas, Facebook para interacción, Instagram para mostrar tu estilo de vida, Snapchat para conversaciones y Twitter para expresar tu opinión. Creemos que estas aplicaciones son una solución rápida para nuestras vidas sociales.
Gratificación instantánea en vez de trabajo consistente
Basta con ver lo impacientes que somos cuando no recibimos una respuesta instantánea, o cuando Internet es lento. No podemos manejarlo porque lo queremos todo ahora. Los medios sociales nos dan satisfacción instantánea, lo que afecta al rendimiento. En lugar de poner nuestra recompensa en un momento posterior, la queremos ahora. Para lograr sus objetivos, los jóvenes se esfuerzan menos, porque la recompensa por su arduo trabajo parece estar muy lejos. La cultura de Internet está haciendo que los niños y adolescentes sean propensos al miedo al fracaso en lugar de tratar de lograr su objetivo.
En lugar de que seamos capaces de controlar una aplicación, es ella la que controla nuestro comportamiento. Aplicaciones como YouTube nos mantienen ocupados mostrándonos más videos con la ayuda de su función de reproducción automática. Además, las sugerencias de la plataforma dificultan la salida del ciclo. Esto nos hace usuarios compulsivos de aplicaciones como YouTube.
Ciberacoso
Los intimidadores sienten que son poderosos y que pueden intimidar a quien quieran. Esto se agrava en el caso de los abusadores en línea. Están motivados por el hecho de que pueden permanecer ocultos y ser anónimos para los demás. Esta mentalidad tóxica está haciendo que nuestros niños se involucren en la intimidación y otros comportamientos abusivos en línea. Esto tiene un impacto negativo en el bienestar de nuestros hijos. Imagínese el trauma por el que tiene que pasar un niño que se enfrenta a la intimidación.
Pérdida de concentración
Nuestros teléfonos móviles son tan culpables como Internet cuando se trata de perder el enfoque durante una tarea. Una sola notificación en nuestros teléfonos tiene el potencial de distraernos de la tarea en cuestión. Cambiar el enfoque de una tarea a otra hace perder el tiempo, porque a menudo puede resultar difícil volver a poner nuestra atención sobre lo que estábamos haciendo anteriormente.
Creación de burbujas de opinión
Internet nos ha atrapado en nuestras propias burbujas. En cierto modo, nos hace ignorantes y a menudo ajenos al punto de vista de los demás. Nos lleva a creer que tenemos razón. Nos enojamos y reaccionamos rápidamente cuando alguien no está de acuerdo con nosotros. Con todo esto, nos hemos vuelto menos tolerantes con los demás. Internet tiene la intención de unirnos, pero nos está separando a los unos de los otros, lo que está causando un efecto tóxico en las mentes de los jóvenes.
La burbuja de opinión es un término creado por Eli Pariser, que define cómo los algoritmos utilizados en los motores de búsqueda sólo muestran a los usuarios lo que quieren ver. Cuando se realiza una consulta de búsqueda, el algoritmo le mostrará los resultados de acuerdo con su historial de búsqueda que mejor se adapte a sus criterios. De esta manera, la exposición que uno puede esperar en Internet se reduce. En su lugar, usted sólo ve opiniones y puntos de vista similares a los suyos. De esta manera, la gente se vuelve menos tolerante y abierta a las ideas de los demás.
Contenido pornográfico
Es alarmante la facilidad con la que el contenido pornográfico está disponible en Internet. Los niños y adolescentes que están expuestos a contenidos pornográficos a menudo se enfrentan a problemas durante las últimas etapas de desarrollo. Según un estudio, los sujetos masculinos que fueron expuestos a la pornografía tienden a ” objetivizar a las mujeres, o verlas más como un objeto que como un individuo “.
En algunos casos, incluso muestra que la exposición a contenidos pornográficos a una edad temprana puede dar lugar a problemas en una etapa posterior de la vida de una persona. Cuando estos niños crecen, puede ser difícil para ellos permanecer comprometidos en un matrimonio. Por lo tanto, la facilidad con la que el contenido pornográfico está fácilmente disponible en línea puede hacer que los niños sean tóxicos en el futuro.
No todo es malo en internet
Decir que Internet es malo y que no hay que utilizarlo es absurdo. Internet ha revolucionado nuestras vidas. Ha añadido valor a nuestras vidas al hacer que los procesos sean eficientes y menos lentos. Nos conecta con amigos y familiares que están lejos de nosotros. La variedad de recursos disponibles en Internet ha permitido a la gente aprender cosas a su propio ritmo.
Es una plataforma compartida por individuos donde la gente intercambia puntos de vista, ideas y conceptos. Puede hacer del mundo un lugar mejor al ser capaz de revolucionar la forma en que llevamos a cabo nuestros negocios, cómo educamos a nuestros estudiantes, cómo interactuamos con otros, entre otras cosas.
Decir que Internet es tóxico es un error. Pero, puede serlo, si lo permites. Por eso es necesario regular el uso de Internet, especialmente el de nuestros hijos. Debe haber moderación. Por eso necesitamos emplear mejores prácticas a la hora de hacer que Internet sea más seguro para todos. Necesitamos educar a nuestros hijos sobre la etiqueta digital y cómo comportarse en las plataformas en línea.
Los adolescentes de hoy son las personas del futuro en cuyas manos está el destino de nuestro mundo; por lo tanto, necesitamos enseñarles acerca de los impactos tóxicos de Internet, para que no pierdan su tiempo en ello.
Codo con codo, también deberíamos enseñar a los niños a utilizar Internet de forma positiva para su propio beneficio. Con este enfoque, podemos esperar que nuestros hijos se conviertan en mejores individuos que nosotros.