No es fácil estar al tanto de todo lo que está pasando estos últimos meses, pero como soy un ávido lector y un paranoico con la COVID-19, hay algunas cosas que creo que te pueden ayudar a entender todo un poco mejor.
La COVID-19 es un nuevo virus del que aún queda mucho por saber. Si te acuerdas, la OMS nos dijo que la COVID-19 no se transmitía a través de la tos o los estornudos. Sin embargo, las nuevas instrucciones que nos dan nos dicen que las gotas que transportan patógenos pueden viajar hasta 8 metros a través de «nubes de gas». Además, una vez que estas nubes pierden impulso, las partículas restantes se evaporan y pueden quedar suspendidas en el aire durante horas.
Este nuevo enfoque lo cambia todo. Todo lo que hemos estado haciendo respecto a la pandemia incluso. Esto también significa que los que están en primera línea de la pandemia corren un grave riesgo de contraer el virus. Esto tiene sentido cuando descubres que incluso en respiradores como el N-95, no se comprueba su eficacia en entornos con nubes de gas que transporten partículas infecciosas.
Con más de 3.5 millones de casos de coronavirus en el mundo, por fin estamos descubriendo cómo se transmite el virus y todavía no sabemos del todo cómo podemos protegernos si estamos expuestos al virus. No soy ningún pesimista ni un sádico, soy una persona realista que quiere creer en hechos y no alimentarse de información falsa que pudiese ponernos en riesgo de infectarnos. ¿Qué nos dice todo esto, sobre todo para los que están leyendo esto desde casa?
Que lo mejor es quedarse en casa lo máximo posible. Cada vez que vayas a una espacio cerrado, como un supermercado o a la oficina, te estás poniendo en riesgo. Las mascarillas solo serán efectivas si todo el mundo empieza a usarlas, lo cual resulta desalentador porque si hay alguien que necesita los EPI son los que están en primera línea, excepto si tu país tiene existencias suficientes para todos, como en China.
