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Empezar ahora Demostración en vivoVamos a hablar de algo de lo nadie quiere hablar. La zona negra definitiva que hace incómoda una reunión entre jefe y empleado es la saga de las evaluaciones de rendimiento.
He aquí por qué son tan poco populares: la gente está de acuerdo en que las evaluaciones de rendimiento están dirigidas por el jefe y solo muestran su punto de vista. Reconoce los problemas que hay o no hay con los trabajadores, pero no aborda los problemas con la dirección o personas de autoridad. Y hay quiénes piensan que la mayoría de los formatos de evaluación están trucados para empezar. No hay manera de que el rendimiento de un trabajador pueda ser evaluado con estas revisiones caducas. No hay ninguna razón para este tipo de evaluación.
Además es incómodo porque los jefes no les dan mucha importancia. La mayoría las ve como una pérdida de tiempo, algo que tienen que llevar a cabo para cumplir con requisitos de empresa. Ahí es donde se equivocan. Puede que ésta haya sido una manera de pensar apropiada (considerando que a nadie le apetece presentarse a ellas) pero desgraciadamente, son los jefes los que no tienen nada que perder. El futuro del trabajador en la compañía puede depender de cómo sean evaluados.
Aquí puede encontrar algunos datos sobre evaluaciones procedentes de Office Vibe que pueden poner el tema en perspectiva:
¿Hay una opción más adecuada que las evaluaciones de rendimiento? La comunicación frecuente.
Hable a menudo con sus empleados y deles el feedback –tanto bueno como malo- que necesitan. Así es como se pueden amoldar a sus reglas y mejorarse a sí mismos. Seamos honestos, las revisiones anuales son lejanas, inciertas, y no muy útiles. La comunicación y el feedback simultáneos son mucho más efectivos, razón por la que somos grandes partidarios de la vigilancia de empleados. El jefe ha de conocer a cada uno de sus empleados en vez de rellenar ese formulario una vez al año.