¡Regresamos con más historias de nuestros padres! En esta ocasión, una madre comparte cómo manejó a los acosadores gracias a la vigilancia de Facebook en el teléfono móvil. Esta es la historia en sus propias palabras…
Mi hijo es… diferente a sus compañeros y a la mayoría de adolescentes. Me gustaría poder decir que sé lo que pasa por su cabecita, lo que le preocupa y lo que realmente le gusta, pero lo cierto es que no puedo. Es tan reservado y callado, que apenas sale de su habitación. Si no está en su habitación, está en la biblioteca o en algún rincón de la casa, escondiéndose. Es muy frustrante para una madre ver cómo un chico alegre y despreocupado se convierte en una persona silenciosa. Sus respuestas son en su mayoría gestos mínimos o “Claro” o “Me da igual”. Ni siquiera reacciona cuando le chillo por algo.
Y no es que yo no tenga ni idea de lo que pasa. Sé que la transición de la escuela primaria a la secundaria es dura y que todas las expectativas sociales a las que ha de enfrentarse son abrumadoras. Nunca tuvo ningún problema para hacer amigos en el pasado, siempre fue un chico alegre. Algo debe de haber sucedido en su escuela que le ha hecho cambiar de esta manera y estaba decidida a descubrirlo.
Hablar con él no sirvió de nada. Hasta presionándole, aunque no quisiera hacerlo, no logré sacar ninguna respuesta de él. No se confundan, se trata de un chico muy espabilado. Digo esto porque cuando consulté con psiquiatras al respecto, mencionaron que quizá tenía problemas de aprendizaje, que era lento. Les dejé a un lado rápidamente.
Entonces pensé en leer su diario pero aparte de algunas letras para canciones, no encontré gran cosa. Al final exploté y decidí mirar sus mensajes en Facebook y otras redes sociales, y la verdad es que me sorprendió que fuera activo en ellas.
Traté de conseguir su teléfono pero nunca se separa de él. Empecé a investigar un poco. Me metí en Internet y busqué cómo podía leer los mensajes de otro dispositivo de manera anónima y apareció esta aplicación llamada XNSPY. Las funciones que ofrecía eran exactamente lo que estaba buscando, así que compré una suscripción.
Para poder utilizarla, la instalé en un teléfono nuevo que le regalé a mi hijo. A él le encantó el regalo y mi plan había funcionado.
Espiando Facebook
Y llegó el momento de la revelación. En cuanto instalé XNSPY en su teléfono, eché un vistazo a sus mensajes. Siempre tuve mis sospechas respecto a Facebook, y por desgracia, resultaron ser justificadas. Mi hijo había estado recibiendo mensajes amenazantes y desagradables de sus compañeros de clase, que le habían estado acosando. Hasta vi un grupo en Facebook que era sobre él, lo cual me sorprendió enormemente y me hizo llorar de tristeza. Mi chiquillo querido, que fuera abierto y alegre, era ahora víctima del acoso online y esto estaba teniendo un efecto perjudicial en su personalidad.
Me gustaría decirles que todo salió bien cuando le hablé sobre ello y conseguimos detener el acoso, pero no es así cómo funcionan las cosas. Le confronté al respecto y mostró más emociones de las que había mostrado en meses. Tengo planeado hablar con los padres de estos chicos y así romper la jaula en la que se encuentra mi hijo, pero es un proceso que lleva tiempo. La verdad es que no podía estar más agradecida a XNSPY por ayudarme a salvar a mi hijo.
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