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Empezar ahora Demostración en vivoUna semana antes de la fecha que Apple había fijado para lanzar al mercado su nuevo iPhone 5, se encontraron con dificultades en la línea de montaje totalmente inesperadas. Esto creó carestías, y ante el lanzamiento oficial a menos de siete días, los ejecutivos de Apple se volvieron locos. El grupo Foxconn despertó a sus trabajadores chinos y les sacó de la cama para que fueran a la fábrica. Todo el mundo iba a trabajar sin descanso hasta que tuvieran suficientes iPhones como para acabar con la carestía.
No hace mucho, la controversia tuvo un encuentro con Foxconn en China cuando nueve empleados se suicidaron en las instalaciones. En lo que respecta a normas generales de recursos humanos, Foxconn no era una mala compañía. Ofrecen seguridad social, vivienda y hasta pagan las horas extra bastante bien.
Por tanto, ¿qué es lo que andaba mal con estas fábricas chinas de “sangre, sudor y lágrimas”?
Cuando los medios se enteraron de los suicidios de Foxconn, esto es lo que averiguaron.
En la fábrica, se suponía que los trabajadores tenían que estar de pie en las líneas de montaje al menos 8 horas al día. Estas líneas de montaje se mueven deprisa y los empleados no pueden ni tomarse un descanso. No pueden ni siquiera hablar.
El alojamiento en cuestión es compartido con otros nueve trabajadores y con mucha frecuencia, ni saben los nombres de los demás. No tienen suficiente tiempo para hablar entre ellos. Los demás trabajadores son solo otra parte de la máquina para ellos.
También se debatía lo apropiado de los sueldos. El salario básico es de apenas $130 al mes y con eso no se llega a fin de mes. Para hacer unos $300 dólares al mes, los trabajadores tienen que trabajar, de media, más de 30 horas extra por semana.
En pocas palabras, los trabajadores funcionan como robots.
Se supone que han de trabajar ciertas horas sin descanso, sin contacto humano, sin ningún cambio en el trabajo. Están hacinados en sus viviendas como sardinas. Cuando hacen horas extra, no tienen otra vida fuera de su monótono trabajo.
Estas son la clase de condiciones que matan el espíritu. Cuando se espera que los trabajadores se muevan como máquinas. No tienen ni un margen para tener emociones irracionales, ningún atisbo de sentimiento. No se conectan entre ellos y por tanto, no saben cómo relacionarse con la persona que tienen al lado. No tienen ese sentimiento de pertenencia. Ni una manera de saber si su trabajo supone alguna diferencia. Como hemos dicho… un asesino del espíritu.
Cuando pensamos en las grandes corporaciones en el mundo, pensamos en Apple. Le hace pensar a uno, ¿no es cierto? Si una compañía tan reconocida y de la reputación de Apple está en estas condiciones, ¿qué ocurre con las demás compañías de mundo?
Lo cierto es que el exceso de gestión de personal ha sacado lo humano del recurso. Se espera que la gente sea perfectamente “profesional” lo que significa vacía de cualquier conexión intensa al hecho de ser… en fin, un ser humano. Se espera que dejen sus problemas personales en la puerta, y no den excusas sobre no querer trabajar porque no están inspirados. Las compañías han numerado los días que un empleado puede tomarse por enfermedad, y hay pocos o ningún lugar de trabajo que valoren el bienestar mental de sus trabajadores. No se ha excusado a ningún empleado del trabajo porque no esté suficientemente motivado, o bajo demasiado estrés por la razón que sea.
Aunque promovemos la gestión de personal, queremos que siempre haya consentimiento mutuo y mediación. Lo que estamos haciendo es promover la transparencia en la comunicación, lo que beneficia a cualquiera, en vez de los secretos, que no benefician a nadie. Así que la próxima vez que utilice su aplicación de vigilancia de empleados, úsela para descubrir las áreas en que usted puede mejorar como empresario, no solo aquellas en que sus empleados han de mejorar. No sea el asesino de su espíritu.